
Sí, tú me cuentas que ya no
hay más atuendo por doblar.
Pero me buscas,
me pides los ojos,
me arañas la vida con rémoras
escritas
en un idioma que no entiendo.
Y yo desordeno
tu nombre,
tu nombre,
las ganas,
esta pasión
que es la de un cráter eléctrico;
y reclamo a cada noche
tus manos, tu profundo sabor
a una elipsis sin criterio.
Tu me dices que te vas
y yo
no sé como relegar mi adiós
a un mañana
y que ese mañana,
sin ti,
quiera ser perfecto.
esta pasión
que es la de un cráter eléctrico;
y reclamo a cada noche
tus manos, tu profundo sabor
a una elipsis sin criterio.
Tu me dices que te vas
y yo
no sé como relegar mi adiós
a un mañana
y que ese mañana,
sin ti,
quiera ser perfecto.