28 julio, 2010

Mi vida en tu rincón

Dejo tus rincones colmados de minutos,
de piel, de ternura.
Los lugares en los que existes también
llevan el perfume.
Cedo parte del alma con la que he besado siempre
todo tu cuerpo.
Ha llegado la gravedad y ahora el pasado
nos ha hecho perder el equilibrio.
Pesa no verte,
pesa verte de espaldas,
pesas tú, cuando te inscribes en el pecho;
las palabras con filo,
el orgullo,
cada herida sufrida, infringida.
La constante lucha por no estar; por estar a pesar de todas las heridas...
Dejo tus rincones colmados de minutos.
Tal vez sin saberlo,
de tanto dar,
me halla quedado sin tiempo.

09 julio, 2010

Lo que engendra el olvido


Con desidia, con mentira, con silencio,
sin honor en la palabra.

Con miedo, con distancia, con piel y sin tacto,
sin sentir y sin sentido.

Con desaire, con huidas, con ceguera, con reproches,
sin nudos en el pecho, en la garganta.

Cuerdas, sólo cuerdas.

Así se muere, así se entierra y destierra un corazón.
El tuyo, el mío. De otros.

Ahí queda yermo y estéril, lo que engendra el olvido.