25 noviembre, 2010

Hacerlo


No puedo dejar de hacerlo.
No podré dejar de saborear los días,
de sonreir por lo que desconozco y aprendo como una niña. Como siempre.
Te has ido y sin embargo, yo estoy aquí y si, aún respiro.
Tu paso por mi cuerpo dejará la herida que yo quiera dejar abierta.
Y ya sabes como soy, no dejo nada sin hilván.
Se enciende una luz. Ya no oscurece cuando te pienso.
No puedo dejar de hacerlo.
Dejar de latir fuerte, de sentir hondo, de vivir; mientras me alejo.