04 mayo, 2008

Tiempo para un sueño

Foto de mi amigo Victorino G.
Me quedan apenas unos minutos.
Un fragmento de vida
para poder encumbrar el último sueño.
Después,
añadiré terruños de sílice y polvo
junto a un montón de piedras.
Me queda apenas,
renunciar toscamente a una niñez exiliada,
al pacto de un compromiso con la inocencia;
al desquiebro
de un orbe construido
con la visión del cristal
del fondo de los vasos.
Esa deformidad perfecta;
tan perfecta como la huella
que deja
la arada de la entrega,
la mentira,
el fracaso,
la derrota,
el rencor,
la farsa,
la apariencia,
el juego sucio,
cuando lo que se tiene entre manos
son profundidades. Las de otro.
Me quedan apenas unos minutos.
Los justos para determinar
que asentarme en lo más ambiguo
es sobrevivir en paz;
y que el precio de esa paz
es dejar morir hasta el último de mis sueños.